Autor: Santiago Elia (Director de Innovación de Alta Gerencia Internacional)
Autor: Santiago Elia
(Director de Innovación de
Alta Gerencia Internacional)
Cada uno de nosotros, imaginamos algo distinto al hablar de tecnología y mucho tiene que ver con la generación a la que pertenezcamos. Esto no está relacionado con el significado de la palabra sino con aquello con lo que la asociamos.
La tecnología existe desde que que el hombre aprendió a usar herramientas y siempre tuvo efecto transformador en la sociedad. A veces para bien (imagínense el efecto de haber inventado la rueda) y a veces para mal (imagínense si la conquista del desierto hubiese sido posible sin los fusiles Remington).
Alan Kay acuñó la frase “Tecnología es todo aquello que se haya inventado después de que uno naciera”. Es una frase que comparto a medias, pero que explica porqué para muchos una laptop es una asombrosa pieza tecnológica y para otros representa la misma sorpresa de desarrollo tecnológico que una cafetera eléctrica.
Hasta acá, nada nuevo. El punto de inflexión llega con la aparición de Internet, principalmente en dos frentes: La democratización de acceso a las tecnologías y sistemas de comunicación; y la velocidad de evolución de estas tecnologías (Ley de Moore).
Mi viejo contaba la historia de cuando el hombre llegó a la Luna. Estaban viendo el alunizaje por televisión y le preguntó a mi abuelo que pensaba de todo eso. El tano, ya viejo, le contestó “Yo vi llegar el primer auto a mi pueblo y ahora veo llegar a un hombre a la Luna, es demasiado avance para una sola vida”. Imagínense lo que podría sentir hoy don Pedro Elia.
Ahí es donde la definición de Alan Kay queda vieja. Mi ahijado nació casi un año antes de que el iPad fuera presentado y les puedo asegurar que para él el iPad va a representar en su imaginario tecnológico, lo mismo que para mi una tarjeta perforada de memoria.
Hace varios años vi una entrevista en la que Steve Jobs usaba una analogía para definir qué era para él una computadora. La analogía hablaba sobre un artículo que había leido en una revista de Ciencias sobre el consumo de energía de las especies para desplazarse. Alguien había medido la eficiencia del reino animal para desplazarse de un punto al otro. La especie más eficiente resultó ser el Cóndor y los seres humanos quedamos al final de la lista. Para terminar, se les ocurrió medir el consumo de energía del hombre pero usando una bicicleta y resultó ser varias veces más eficiente qué el Cóndor.
La tecnología es una bicicleta que nos permite realizar cosas de magnitudes inimaginables, que pronto asimilamos a nuestra vida dando lugar a cosas aún más inimaginables.
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