por Bernardo Kliksberg (Director Honorario de Alta Gerencia Internacional y Asesor de diversos Organismos Internacionales)
por
Bernardo Kliksberg
Director Honorario de Alta Gerencia Internacional y Asesor de diversos Organismos Internacionales.
Un reciente editorial del New York Times advierte “La polución del aire nos está matando”; la misma menciona el siguiente ejemplo:
un ejemplo.
En el 2020, año de inicio de la pandemia, empezaron a bajar los ataques cardíacos en USA; la Universidad de California halló que una razón central era que, la población empezó a inhalar menos aire contaminado, pues como consecuencia de la pandemia muchos fueron los que trabajaron desde sus casas, ello contribuyó a que bajara la circulación de autos, y el consumo de gasolina y como consecuencia el aire se purificó automáticamente.
Los señalamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
La OMS advierte que el 99% de la población mundial está respirando una calidad de aire que amenaza su salud, contiene tiene niveles antisaludables de partículas finas y de dióxido de nitrógeno que daña el sistema circulatorio, y el aparato respiratorio.
Las fuentes de la polución son múltiples, entre ellas:
los combustibles fósiles, los pesticidas, los plásticos que han crecido exponencialmente,
los desechos electrónicos, los productos químicos, y otros residuos que han crecido exponencialmente y que son cientos de millones de toneladas de substancias tóxicas que son arrojadas a la atmósfera.
Como así también, la producción de químicos se dobló entre el 2000 y el 2017, y se prevé que volverá a duplicarse para el 2030.
A todo ello se suman diversos aspectos de la crisis climática; como los aumentos récords de incendios forestales. Incididos por el calentamiento global, los autos incendios cunden, como está sucediendo en California, Texas, Australia y diversas regiones del mundo en desarrollo. Junto a ellos se hallan los generados por intereses económicos inmorales en el Amazonas para desforestar y apoderarse de la tierra.
“En Argentina, se registraron distintos focos de incendio forestales en las provincias de Corrientes, Río Negro, Misiones, Chubut y Formosa, que destruyeron el hábitat natural en un total que supera un millón doscientas mil hectáreas siniestradas con pérdidas incalculables” (1).
Muchos de los grandes incendios de nuevo cuño, se han mostrado muy difíciles de controlar; son una fuente en ascenso de envenenamiento del aire.
Algunos impactos de la polución
La OMS calcula que 7 millones de personas perecen anualmente por efectos de la polución y la cifra viene subiendo; son muertes prevenibles y a ellas se agregan los años de vida saludable que se pierden.
La Universidad de Chicago encontró que en el 2021 la contaminación del aire le robó en promedio 2. 2 (dos punto dos) años de esperanza de vida a las personas; el número es mucho mayor en los países de bajo y medio desarrollo, que en los países de alto desarrollo.
Los daños económicos que causa son por otra parte cuantiosos, el Banco Mundial estimó que en el 2019 representó el 6.1% del Producto Bruto Mundial.; la OMS plantea categóricamente que es “la más grave amenaza medioambiental a la salud y el bienestar humano”.
Es posible hacerlo diferente
¿Se puede proteger y preservar el aire limpio?: SI.
Hay varios países que han logrado cumplir los máximos de impurezas fijados por la OMS. La nómina incluye a Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Japón, Canadá, Gran Bretaña, el ejemplar Bután en donde el cuidado del medio ambiente y del aire es parte fundamental del modo de vida, Israel (líder mundial en arborización), Costa Rica, y algunos otros.
En USA el índice supera dos a tres veces los estándares de la OMS, y hay actualmente nuevos proyectos públicos de gran envergadura para atacar el problema. Los peores países a nivel mundial incluyen a India, Pakistán y Bangladesh, tres de los más poblados.
¿Cómo mejorar?
La OMS tiene una extensa nómina de propuestas; entre ellas se hallan:
crear plena conciencia ciudadana del problema, y generar pactos o concertaciones nacionales al respecto entre gobierno, empresas responsables, y la sociedad civil;
encomendar responsabilidades centrales a las ciudades;
fijar estándares mínimos exigentes, y sistemas de medición eficientes;
ampliar las reservas naturales protegidas; forestar en gran escala;
atacar a fondo las principales fuentes de contaminación antes mencionadas;
enfrentar los intereses creados que se oponen a regulaciones imprescindibles para la defensa de la salud pública, y el bienestar común.
La contaminación, la imagen hoy tan presente de ciudades con densas capas de smog en aumento, irrespirables, siempre nubladas, enfermando a sus habitantes, no es un destino ineluctable, puede cambiarse y urge actuar.
Neurocomunicación para el cuidado ambiental by
Dr. Piedrola:
Luego de leer este valioso informe del respetado Maestro y querido amigo, solo se me
ocurre, contribuir a la concientización del cuidado ambiental, a través de esta canción
de Mana, la cual te invito a escuchar, recordar y también a tararear, recuerda que la
música es una fuente de emoción que te invita a la reflexión.
Como quisiera… vivir sin aire… Gracias Maná. .
(“) Fuente Original Dr. Bernardo Kliksberg para Columna Kliksberg del Blog AGI.
(1) Fuente AGI (2) Imágenes de ilustración: Pixabay (3) Idea musical: Dr. Piedrola.
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