por Miguel Rivas (Director de Alta Gerencia Internacional - Unión Europea - Sede España).
Por
Miguel Rivas
Director de Alta Gerencia Internacional
Unión Europea
Sede España
LO IMPERATIVO A REVISAR TRAS LA PANDEMIA
(Analogía con las 4 P, Prof. Jerome Mc Carthy)
P1: Producir (Hacer, Quehacer, Rendir)
P2: Poseer (Adquirir, Acaparar, Tener)
P3: Parecer (Aparentar, Creérsela, Simular)
P4: Poder (Avasallar, Codiciar, Imponer)
Hay gente que se infla como un globo de helio cuando el mundo está repleto de alfileres. (Anónimo)
LO IMPERATIVO A REVISAR TRAS PANDEMIA
(Analogía con el modelo de las 4 P, Prof. Jerome Mc Carthy)
“El que cría caballos debe limpiar sus establos”
1ª P: Producir (Hacer, Quehacer, Rendir) – Continuación
2ª P: Poseer (Adquirir, Acaparar, Tener)
3ª P: Parecer (Aparentar, Creérsela, Simular)
4ª P: Poder (Avasallar, Codiciar, Imponer)
PRODUCIR (P1):
“El sueño de toda democracia es elevar al proletario al nivel de estupidez del burgués”
(Gustave Flaubert – 1821 - 1880)
¿Cómo conciliar Ser + Estar con el Hacer y reconciliarlos ante su falta de correspondencia?
Estar ocupado toma la delantera cuando el teletrabajo o el multitasking (cuyo coste cognitivo es ignorado por los que lo inducen o aceptan), muy popular en ámbitos profesionales. Junto a la ingente actividad extracurricular, en ámbitos escolares, muestran que la hiperactividad cotiza al alza y optar al aburrimiento, si no se está en el paro, no es alternativa; al menos, si es la justificación familiar e imagen social son las que se invocan.
En el budismo Zen no se distinguen empleados de parados pues el HACER ocupa a la persona con independencia de su rol o titulación y apunta al SER, y no solo se limita al ESTAR en un puesto de trabajo u ocupar un determinado estatus en la vida.
Yo nada más soy yo cuando estoy solo. (Miguel Hernández)
Se debe HACER o NO HACER con tesón y firmeza; siendo tan válido lo uno como lo otro, persuadidos de que buena parte de las cosas discurren mejor sin la intervención humana.
Nunca está nadie más activo que cuando no hace nada, nunca está menos solo que cuando está consigo mismo. (Catón)
Especular insinuando el intento queda descartado. Con el Ser, no se juega ni se porfía.
Al Ser se lo vive en la vivencia (*); no se lo rifa ni es moneda sentimental de cambio en quien no se deja sedar (y quiere vivir) ante peligros inasumibles cual anestesia en forma de adherencia y dependencia por deseos y experimentos que hacen del vivir un estar “en la procesión” y “repicando”.
Sentimentalismo >>> Vivencia/Inmersión
Exponerse >>> Intuir/Inspirar/Crear
Debilidad >>> Vulnerabilidad consciente
Apegarse >>> Introspección/Interioridad
Resignarse >>> Rendirse voluntariamente
(*) Se vive disfrutando lo bueno y sacando lecciones de lo adverso. En ambos casos, se imprimen huellas que dan lugar a circuitos neuronales (engramas) que se forman a lo largo de la vida y permanecen estables en la zona límbica condicionando y asociando nuevas vivencias a los resultados de las ya vividas (VV. AA):
“Cuando me quemo con leche, veo una vaca y lloro” (Refranero del pueblo Mapuche)
La exposición a dispositivos celulares, “juegos y apuestas en línea”, videojuegos tematizados hace que se vuelvan ladrones de un tiempo escaso que ignora el PIN de acceso al silencio. Dichos elementos tecnológicos fomentan el individualismo y horadan el hueco en el que se esconde una agenda que se recalienta si no se actúa. Interponer un paño que la enfríe es imperativo cual consejo que la reoriente en busca de identidad en la que vocación y misión se den la mano.
El riesgo es llevar a la persona de la sana acción a la distracción y cambio de rumbo asociado que contiene, sublima o difiere la posibilidad de “haceres humanos y humanizantes”. El tiempo que se deja escapar, cual agua entre las manos, se acopla a la cultura de la inmediatez con que se pretende sobrevolar los problemas sin atinar a resolverlos; menos disolverlos.
Por omisión, analfabetismo funcional o desconocimiento, la renuncia al reencuentro con uno impide que “el Silencio se haga”.
El “Saber Ser y Estar” apuesta por una identidad que “bien-Diga” en la que el resultado no dependa tanto de lo aleatorio como del coraje que suple apuesta esporádica por una renovada entrega permanente e incondicional.
La banalización y frivolización constituyen un escapismo a los deberes que “pone” la identidad, la civilización y la raza humana. Tales deberes consisten en un firme compromiso y determinación, vectores del coraje necesario para cumplir con deberes enmarcados en valores y principios suscritos por la comunidad y a los que no siempre se adhiere.
Quien utiliza una caña coge más peces que quien los espera sentado mirando el plato. La creatividad exige el coraje de dejar de lado lo seguro y de lo que se tiene bajo control.
Observar es atribuir una cualidad al objeto observado poniendo de relieve la creación.
Un gran número de personas ignora que el aburrimiento pone en marcha el sistema neural por defecto, generando momentos y espacios para el asombro, la curiosidad (que siempre exige aguda observación) y el descubrimiento desde el ensayo (empirismo temprano; tan necesario en una sólida crianza de los niños).
Quien teme a la curiosidad, se avergüenza al preguntar (se)
Curiosidad, asombro y descubrimiento no deberían ser sacrificados tan temprano si se aspira a poner en práctica lo que la neurociencia y la neuroplasticidad cerebral definida por ella, aconseja. Quien percibe, crea y pone a disposición lo que “encuentra”. Se obtiene y desarrolla creatividad (momentos eureka) cuando se vislumbra y resalta la novedad que destaca de un conjunto de aspectos que sobresalen, aunque algunos interesadamente propaguen que diferenciarse constituye agravio comparativo e inminente conflicto.
Interculturalidad en el DECIR y el HACER que distrae al SER y al ESTAR
En este mundo, cada vez hay más gente, pero menos personas. (Mafalda-Quino)
A Buddah, Jesús y Sócrates les llegó competencia desde la tecnología y las redes sociales:
Diatribas de apetito proselitista que ideologizan: “Religión como opio para el pueblo” (¿Karl Marx ignoraba la espiritualidad o la imaginaba dentro del mismo paquete?), o máximas de clan: “serás lo que hagas”, promovidas por el pueblo Olmeca (1500 a.C-500 a.C.; 1ª civilización mesoamericana) son escollos de calado en la exploración identitaria, con independencia de época y prescriptor.
En la desnudez, halla el espíritu su quietud y descanso, porque no codicia nada, nada le fatiga hacia arriba y nada le oprime hacia abajo, porque está en el centro de su humildad. Porque, cuando algo codicia, en eso mismo se fatiga. (Juan de la Cruz)
El silencio no pertenece a credo, condición socioeconómica, edad, género ni nacionalidad alguna.
La más que ponderada globalización pasa hoy más por la proliferación del virus del lucro exprés entre sus actores comerciales (corporaciones) que por intercambio fecundo entre pueblos que postergan conocerse y enriquecerse social y culturalmente. El deseo obsesivo de contratación y exportación del instinto ventajista que poseen los hombres de negocios rápidos hacen que la búsqueda y desarrollo personal no forme parte de sus agendas. Sus contenidos se ven ya uniformados, reflejo de la personalidad de sus abyectos seguidores, sean pro- veedores o clientes o amigables componedores de una farsa sin final.
Por la noche, cuando vamos a dormir, vamos a ensayar la muerte. La vida es el tiempo que discurre entre la mañana y la noche, lo claro y lo oscuro, lo real y lo onírico. (del pueblo Sioux)
Numerosos pueblos de afán y orientación utilitarista del sudeste asiático han priorizado empleabilidad urgente sin más, ante hambrunas que aparecen debido a fenómenos naturales repentinos que dificulta otra respuesta. Lo dicho hace mella y erosiona conciencia e identidad. Su dilucidación se aplaza, y se deja cebar por la carencia, pero también por una codicia creciente que reduce los lazos a la familia nuclear y que se equipara ya a la occidental uniformando un mundo que ignora la riqueza de diversidad en quienes lo habitan.
El bien es mayoría, pero es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye vidas hay millones de caricias que construyen vida. El bien se alimenta de sí mismo; el mal se destruye a sí mismo. El tumor te mata, pero muere contigo y no siempre te mata; a veces, te despierta. Si los malos supieran cuán buen negocio es ser bueno serían profesionalmente buenos, aunque tan solo fuera por hacer un muy buen negocio.
(Facundo Cabral)
Mientras no se modifique el modelo productivo basado en una feroz e implacable competencia, acotada por precios artificiales (dumping) y prebendas ocultas, el viaje irá a los tumbos. Lejos de poder contribuir a la expansión de una mayor conciencia, lo relatado dispara una distancia mayor entre armonización del Ser con un hacer inherente. En clave psicológica, se estaría ante un llamado de atención/aviso de muerte de la identidad, al no vincular lo que se Es con lo que se brega en la vida.
Realizarse es descubrir la verdad que soy detrás del error que vivo. (Antonio Blay)
Para cerrar el tema y aportar esperanza, se reivindican otras culturas más clarividentes como las del pueblo Tolteca (siglos VII al XII); el Yaqui como pueblo continuador de sus prácticas y tradiciones, que describían su “Ser” en los llamados “Cuatro Acuerdos”:
- Ser impecable en las palabras (al reflejar el Ser que crea belleza y muestra amor cuando habla) - No tomarse nada a título personal (el querer Ser ayuda al que se hace daño denigrando a otros) - Confirmar y no suponer (la imaginación es mala consejera y no aclara ni resuelve lo supuesto) - Poner lo mejor de sí para llegar al logro (la entrega evita recriminación o arrepentimiento)
Todos ellos son principios y valores que remiten al espíritu del puesto de trabajo del medioevo bajo (siglos XI al XIII) que coincide en el tiempo con el lanzamiento de las universidades de la Vieja Europa: en España, Inglaterra e Italia (Salamanca, Oxford y Bolonia): ¿Casualidad o Causalidad?
Elegía del “hacer por hacer”
Uno tiene que ser para poder hacer. (Goethe)
Quien hace lo que le conviene y no lo que lo torna pleno ingresa en la curva de la decepción de la que luego aspira a alejarse. Hacer por hacer tiene sus riesgos. En todo momento, se piensa que el problema viene de fuera sin que se haya provocado su ocurrencia.
Una primera reacción, emocional donde las haya, es distanciarse de quienes “le hacen perder el tiempo” cuando, tal vez, fuera más oportuno e inteligente sustituirlos por quienes le ayuden a conocer los efectos de ignorar su paso, como el de intuir usos de dicho tiempo para aprovecharlo y optimizarlo. De lo contrario, el hacer se vuelve deshacer.
Se desata para siempre quien descubre el origen de la atadura.
Entre usos alternativos del tiempo al que pueden optarse para el crecimiento personal, destaca la posibilidad de poder irse descubriendo en quién se Es o podría Ser, como alternativa válida e innegociable, a la de seguir soñando con la persona en que tozuda- mente quisiera convertirse. Romper ataduras, explorar la posibilidad de Ser quien puede llegar a ser desde la naturaleza propia que tiene le hace creer que compromete o pone en entredicho su futuro inmediato (obsesionada por el dominio que infringe el ego ante apegos y temores sin desterrar), cuando su efecto final, es radicalmente opuesto y el retorno, contrario al imaginado.
Dos ojos vendados ven más que una mente ciega
La mente y su vocación racional secuestran la intuición que traslada al Ser a un potencial desconocido, no expresado pero existente y a disposición de quien, con osadía y atrevimiento, permite que se exprese para beneficio de dos (razón y emoción) que se disputan el mismo terreno, cuando no estaría mal capitular ya y empezar a Ser.
Aquel que piensa mucho para dar un primer paso, se pasará la vida en un solo pie sin pensar en apoyar el otro. (Proverbio chino)
¿Incompatibilidad entre Ser y Hacer?
“El hacer Silencio” lo tendrá muy fácil con el Ser, pues cooperan mutua y solidariamente. Otros enfoques en los que se desdobla el Hacer: Acción-Distracción-Diversión tampoco lo tendrán difícil. Deberán priorizar la posibilidad cierta de alinearse en la armonía que acostumbra a surgir de fuerzas antagónicas dispuestas a complementarse y a las que todo individuo consciente no renuncia a integrar si inspiran crecimiento y evolución.
Mi vida espiritual la siento, ahora más que nunca, como un regalo que nunca he merecido, así como la vida que Dios me ha querido guardar, entiendo que mi misión de vida no es hacer y hacer, sino de ser y ser … porque por muchos proyectos, trabajos, planes que esté llevando adelante, al final lo más importante es lo que somos y no lo que hacemos. No creo que Dios me haya mantenido con vida solo para hacer algo… porque yo no puedo salvar nada ni a nadie, pero puedo ser una hermana para mis hermanos. Y es lo único que ahora me importa.
Isabel Solá, RJM, ante el terremoto que asoló a Haití (donde fue asesinada cuando promediaba este ensayo)
Nadie nos hace nada más que el silencio que nos hace nadar (Y saca tiempo para “salpicarnos” y “mojarnos” como anticipo de inmersión).
Lo que no haga el silencio, queda por hacer. (Parafraseando al Prof. D. José Ortega y Gasset)
La ilusión de creer que los demás nos hacen daño nos mantiene lejos del Ser y del maestro interior (silencio) que lo alumbra. Los que nos secundan solo han venido a mostrar lo que no ha sanado. Ejercen gratuitamente como maestros pasivos. Necesitamos de ellos como el niño a su madre. Sin su desinteresado concurso, es más complejo hacer consciente lo inconsciente; es más difícil la curación de las heridas que continúan supurando sin que ninguna medicina lo remedie.
Todo sucede tras una cierta vibración e interpretación perceptiva según nivel consciente.
El dolor acumulado (Karma, por Oriente) se actualiza cuando se convoca e invoca cada experiencia desagradable vivida. Protagonistas de ese proceso son las partes que se dieron cita cual espejos (Ángeles, en creyentes) en los que “actuaron” y reflejaron lo que nos irritaba, constituyendo valiosa fuente de ayuda para la introspección vital diferida, pero imprescindible.
Escapar constantemente de lo que es inevitable (uno mismo) como fase del camino evolutivo se parece a salir corriendo para protegerse de la lluvia que cae. El efecto es el mismo a quedarse quieto. Actuar sin juicio reactivo ni prejuicio es la salida de quienes aceptan el riesgo de mojarse por fuera, para poder regarse por dentro y capitalizar lo que, a priori, parecía una adversidad.
El ser humano ya no soporta el ruido ambiental (enojos, discusiones) e interior (decepciones, frustraciones). El Ser ya no quiere hacer solamente lo que deja dinero, poseer lo que no necesita, parecer lo que en realidad no es ni poder plantearse lo que carece de sentido. Todo queda fuera si no está alineado con el propósito de vida (Ikigai, por Japón) que inspira sus actos. Todo migra de lo socioeconómico a otra dimensión que trasciende lo conocido sustituyéndolo por lo intuido.
El destino del viaje no es un lugar sino una frecuencia; un estado de consciencia en el que todos pueden interactuar como actores y ejecutores de la Creación que se comparte:
o De niños, convivíamos con familia, sol y cielo; árbol y montaña (primeras amistades).
o Desde lo afectivo, comunidad y naturaleza, se iba a por todas, sin interferencia alguna.
o Pero crecíamos desde lo que se nos decía y hacíamos lo que querían que hiciéramos.
o Llegamos a creer en el “no se puede” (verdad única) como barrera infranqueable.
o Observar y volver a contemplar a los primeros amigos nos permite la reconciliación.
o Cada estación nos hace viajar desde la sombra (invierno) hacia la luz (verano); desde saber vaciar y soltar (otoño) hasta la siembra y la cosecha (primavera).
El maestro interior vincula lo cercano con lo que viene de lejos, representado por quienes se acercan y comulgan con los que deciden recuperar la esencia que caracteriza a quien se “decapa” (soltando lo sobrante) en pos de su obra de arte (Lo llamado a Ser).
El viaje iniciático del hombre abarca todo y no incluye nada
Saber poner punto final a lo de siempre para abrazar el TODO es un oxigenante desafío, pero extenuante cuando aún no se ha caído en la cuenta de que el viaje interior ni está en paquetes armados por terceros, ni aún distribuidos virtualmente desde las redes sociales.
SABER DESDE EL TODO QUE NO ES SUMA DE PARTES
Escucha TODO lo que molesta: Enriquecerá el discurso.
Lee con ojos cerrados. TODO lo que rechazas: Inspirará.
Quien te abandona deja TODO un recado para fortalecerte.
TODO lo que saca de quicio desnuda y alecciona en compasión.
TODO lo que quita poder recomienda revisarlo cuidadosamente.
TODO lo que odias demanda suma atención y un amor incondicional.
TODO lo que genera temor aconseja determinación y probada valentía.
TODO lo que no puede ser controlado, pide tomar distancia o soltarlo e ir lejos. Y enseña a recular para mirarlo TODO desde el origen, con anteojos de ver dentro.
La respuesta a lo que molesta e incordia es el cincel de la escultura identitaria.
No es plan adecuado aquel que pretende borrar los errores de una escuela llamada pasado. El hombre que remienda lo dicho está borrando toda la sabiduría ganada hasta el presente y que, sin más ni menos, es el fundamento de alentar y alimentarla como proteína del devenir.
Identidad y presente son uno y lo mismo.
El presente (estado mental) no pasa por ser un lapso de tiempo sino un estado de presencia (transmental) -estable y permanente- que alberga el despliegue de todo lo manifestado, el tapiz completo que contiene cada uno de los dibujos y hasta el hilo más insignificante.
(Enrique Martínez Lozano)
Explora el futuro invisible quien no observa el presente visible.
LO IMPERATIVO A REVISAR TRAS PANDEMIA
(Analogía con el modelo de las 4 P, Prof. Jerome Mc Carthy)
“El que cría caballos debe limpiar sus establos”
1ª P: Producir (Hacer, Quehacer, Rendir)
2ª P: Poseer (Adquirir, Acaparar, Tener)
3ª P: Parecer (Aparentar, Creérsela, Simular)
4ª P: Poder (Avasallar, Codiciar, Imponer)
POSEER (P2, 1ª Parte):
“Los bienes son para quienes saben disfrutarlos.” (Epicuro de Samos – 341 a.C - 270 a.C)
POSEER LO SUPERFLUO (En exceso) Temor adictivo al afrontar la supervivencia
El amor es lo único que crece cuando se reparte. (Antoine de Saint-Exupéry)
No esperes poseer todo para disfrutar de la vida. Ya posees la vida para poder disfrutar de todo.
Todo enemigo del Ser persigue capturar y potenciar lo que la persona no ha sabido perfeccionar o integrar. Tener más y más, es la muestra externa y extrema de la carencia interna y deseo no reconocido de poder suplirla algún día.
El ¿Cuánto es suficiente?, ¿Cuál es el límite?, desafía el acicate adictivo de fijar cantidad que trae una ansiedad extrema por no poder precisarla al ignorar deseos que se van multiplicando a medida que se produce el aplazamiento de la identidad que aún espera.
La ansiedad nace del desequilibrio entre lo que soy y debería ser. (Hugh Prather)
Conciencia, prudencia y respeto nunca hicieron buenas migas con la codicia humana.
Si se aumenta la conciencia, los cambios en la vida se producen solos. (Jon Kabat-Zinn)
Más cerca de Diógenes que de uno mismo (Y del silencio consustancial que ello trae)
El síndrome homónimo ilustra perfectamente un trastorno mental actual, ilustrado por la ingente acumulación de bienes (también de desperdicios) que llenan vacíos (de los que no inspiran) y que afecta a quienes deciden aislarse (ancianos, aunque también jóvenes con recursos) o creen sentirse mejor guarecidos (abrigados) ante la indefensión inminente y nula reacción desde la identidad que no ha llegado a tiempo.
Nada desees, a nada te acostumbres para que nada te haga falta ni eches de menos.
Necesito pocas cosas, y las pocas que necesito, las necesito poco. (Francisco de Asís)
Es erróneo pensar que tenés algo asegurado.
Nadie es dueño de nada. Nada es propiedad de nadie,
aunque si lo descuidas perderás el derecho de administrarla.
No ambiciones poseer sin antes explorar lo que estés llamado a Ser.
Amar sin Poseer.
Acompañar sin invadir.
Vivir sin depender:
El Gran Tesoro.
(VV.AA.)
Madrid, a 11 días del mes de mayo de 2020
(57º día de confinamiento, que fue prorrogado hasta el 24 de mayo)
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